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domingo, 17 de abril de 2016

Aunque me canse...

Pasan los días sin ti y me doy cuenta de que felicidad eras tú.
Felicidad era subir y bajar en el ascensor, tirar la basura solo para poder verte cinco minutos, era hacer el amor rápido en los trasteros sin que mis padres se enteraran de que había salido de casa. Felicidad era querer madrugar solo para aprovechar la mañana hablando contigo. Era meterme en tu cama un viernes y no saber qué hora del domingo era cuando comíamos por primera vez... Era sentirme especial solo porque me mirabas. Felicidad era notar que estando a tu lado sobraba la ropa siempre, era querernos en todas las esquinas, a gritos por Madrid y gritarnos la una a la otra. Discutir contigo era felicidad. Era feliz sólo notando como me mirabas mientras dormía antes de ir al trabajo y luego entrar al baño y que oliera a ti. Podría pasarme horas dentro oliendo tu champú. Felicidad era encontrar post-it con declaraciones de amor y prepararte sorpresas para cuando llegabas a casa. Hacerte la comida y ver tu cara era plena felicidad. Robar saleros en restaurantes y besarnos en el metro. Felicidad eran bollo, sepia, neko, ratón vaquero y machín. Invitarte a un desayuno de cumple y soñar contigo cada noche aunque estuvieras a mi lado. Estirar el brazo y sentirte era más que felicidad. Hablarnos con ruidos y dedicarnos canciones. Y por qué no? Fiestas y alcohol contigo, eso era brutal. Ir a conciertos y que no cantaras y en cada abril un musical. Yo era feliz contigo siempre aunque no estuviéramos juntas, solo por ser tu, porque no entendía cómo alguien como tú podía amar a alguien como yo. Tenías tanto amor dentro que no supe ver y no supe valorar... Intenté volver a eso pero era tarde. Y aquí me tienes, nena, echándote de menos un año después y amándote como el primer día.

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